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“Esta vez es diferente”. Son las cuatro palabras más peligrosas en materia de inversión. Pero los inversionistas japoneses tienen razones para confiar en que se avecinan cambios positivos en su mercado.
Las acciones japonesas han alcanzado su nivel más alto desde 1990 cuando la famosa burbuja de activos del país se estaba desinflando. El índice Topix ha ganado 14.1% este año, lo que lo coloca entre los mercados con mejor desempeño en el mundo este año. Incluso el renombrado inversionista Warren Buffett ha emitido su voto de confianza en el mercado: su buque insignia de inversión, Berkshire Hathaway, ahora posee más acciones en Japón que en cualquier otro país fuera de Estados Unidos.
Pero los inversionistas japoneses de larga data pueden preguntarse si el repunte actual es diferente de todos los falsos amaneceres que han visto en las últimas tres décadas. Aunque, al parecer en esta ocasión hay motivos para el optimismo.
Por un lado, el impulso para mejorar el gobierno corporativo, iniciado por el ex primer ministro Shinzo Abe, está dando sus frutos. El activismo de los accionistas está aumentando y el resultado más destacado es el aumento de los rendimientos en efectivo para los accionistas. Los pagos totales de recompras y dividendos aumentaron a niveles récord el año pasado y la temporada de ganancias actualmente en curso probablemente traerá otro récord. Por ejemplo, Mitsubishi, una de las cinco compañías comerciales japonesas propiedad de Berkshire, anunció una recompra de dos mil 200 millones de dólares hace unos días.
Si bien las recompras son comunes en Estados Unidos, el aumento de los pagos es un negocio mucho mayor para las empresas japonesas, que están sentadas en una gran pila de efectivo. De acuerdo con el banco de inversión Jefferies Group, casi la mitad de las empresas japonesas tienen efectivo neto en sus balances, frente a 22% en Estados Unidos. Los pagos más generosos ya han resultado en una disminución en el efectivo total en poder de las compañías no financieras en el índice Topix por primera vez desde 2011, aunque todavía tienen alrededor de un billón de dólares de efectivo en su balance, agregó Jefferies.
Las empresas japonesas están reduciendo cada vez más las participaciones cruzadas, o participaciones que tienen entre sí, para aumentar los rendimientos de los inversionistas. Estas participaciones cruzadas deprimen los rendimientos del capital y, por lo tanto, de las valuaciones. Alrededor de 54% de las empresas en el índice Topix cotizan por debajo del valor contable, en comparación con solo 7% en el índice S&P 500, de acuerdo con Jefferies. A principios de este año, la bolsa de Tokio instó a las empresas que cotizan por debajo de sus valores contables a presentar planes para mejorar los rendimientos del capital.
A medida que las empresas japonesas deshagan las redes improductivas de propiedad cruzada y aumenten los pagos, los inversionistas continuarán más dispuestos a pagar por ellas, algo que hará diferente el rally reciente.
Fecha de publicación: 29/05/2023