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A la hora de invertir, la evidencia empírica a lo largo de los años nos ha dejado una enseñanza muy importante cuando se trata de la construcción de nuestro patrimonio: lo que verdaderamente genera riqueza en el tiempo es la disciplina y la prudencia.
Debemos recordar que el riesgo es un elemento implícito a la hora de invertir. Entendemos que el riesgo puede generarnos incomodidad y que cuando se materializa en contra de nuestras inversiones, nos enfrenta a un escenario de incertidumbre y miedo que muchas veces nos lleva a tomar decisiones irracionales. Sin embargo, al final, los inversionistas que mantengan la disciplina y la prudencia serán aquellos que puedan enfrentar mejor los tiempos difíciles en los mercados y que obtengan los mejores resultados.
En este sentido resulta vital reflexionar sobre qué aspectos no debemos olvidar como inversionistas, que nos ayudarán a transitar esos momentos cuando nos enfrentamos a altas volatilidades y desvalorizaciones en los mercados:
1. Definir un objetivo: Es la primera regla antes de invertir. Como inversionista debemos definir cuál es nuestra meta y el periodo de tiempo en el que esperamos conseguirla, esto nos ayudará a mantener la disciplina. Resulta fundamental ponerle fecha de vencimiento a ese objetivo financiero.
2. Entender nuestra tolerancia al riesgo para escoger las inversiones adecuadas: La regla básica de las finanzas nos enseña que, a mayor nivel de riesgo, mayor es la rentabilidad esperada. Como “homos economicus”, seguramente la expectativa de mayores retornos puede parecernos muy atractiva, pero no olvidemos que eso conlleva un mayor riesgo de minusvalías. Por lo tanto, es muy importante entender y conocer nuestro nivel de tolerancia a ese riesgo, ya que no todas las opciones y alternativas de inversión son para todos.
3. Mantener la calma: Especialmente en momentos de alta volatilidad en los mercados y cuando observamos desvalorizaciones en los portafolios de inversión. Como lo decíamos anteriormente, el riesgo es un elemento natural de las inversiones. Eventos inesperados ocurren, por lo que es muy importante estar preparados. Cuando los mercados retroceden y hay rentabilidades negativas nos sentimos incómodos. En esos eventos, lo mejor es mantener la calma mientras las cosas suelen mejorar, e incluso debemos ser conscientes que es posible que las cosas empeoren más antes de empezar a mejorar.
4. Evitar decisiones apresuradas: Esta regla es la continuación de la anterior. Si mantenemos la calma en los momentos de alta volatilidad, podremos evitar tomar decisiones irracionales motivadas por la angustia y la incertidumbre. Es normal preocuparse cuando observamos caídas en nuestras inversiones, pero no debemos olvidar que esa es la dinámica normal de las mismas, por lo que no es aconsejable alejarse del mercado y mucho menos si el plazo del objetivo que nos hemos trazado es de mediano/largo plazo.
5. Diversificar, el viejo adagio de “no ponga todos los huevos en la misma canasta”: La diversificación es la forma de mitigar las pérdidas. Por eso, las mejores recomendaciones siempre incluyen portafolios diversificados que buscan optimizar la relación riesgo-retorno. Se debe diversificar entre tipos de activos, monedas, regiones, etcétera. Cuando diversificamos, las pérdidas de algún activo pueden ser compensadas por otras inversiones. Así logramos compensar los riesgos y acotar las posibles pérdidas.
6. Mantener una perspectiva de largo plazo: El objetivo no debe ser “hacerse rico rápidamente”, ya que son ilusiones que ningún experto mencionaría. Si mantenemos la perspectiva del largo plazo, le damos tiempo a la inversión para que genere los rendimientos, entendiendo que también se asume un riesgo. Por lo general, enfocarse en esa perspectiva de largo plazo, evita caer en la tentación de revisar diariamente los saldos lo que permite evitar el “ruido” que generan los momentos de desvalorizaciones en los activos.
7. Evitar especulaciones, “eso tan bueno, no dan tanto”: Debemos tener cuidado con las inversiones altamente especulativas. No debemos seguir modas sin entenderlas, ni invertir en algo porque todos lo están haciendo cuando no conocemos ni entendemos los riesgos asociados.
8. Entender las inversiones: Es necesario entender a fondo la inversión que estamos realizando, en qué estamos invirtiendo, cuáles son los riesgos, los costos, cómo funciona, entre otros, y así evitaremos errores. Es importante evitar invertir en aquello que no entendemos.
9. Revisar el portafolio de inversión con cierta frecuencia: No es recomendable estar modificando la composición de los portafolios todo el tiempo, pero es importante recordar que con el tiempo las inversiones van cambiando de valor, por lo que la asignación de porcentajes a los diferentes activos se modifica con el tiempo y se puede alejar así de nuestros objetivos de inversión y de nuestro perfil de riesgo.
10. Reinvertir las ganancias: Si no necesita la liquidez, reinvertir las ganancias obtenidas es una gran estrategia que permitirá el crecimiento de los rendimientos en el tiempo.
Para las inversiones financieras no existen recetas o fórmulas, así que lejos de pensar que lo anteriormente expuesto debiera convertirse en un recetario, invitamos a la reflexión personal que permita tomar decisiones patrimoniales menos viscerales y más conscientes.
Fecha de publicación: 21/08/2024